La iluminación adecuada del acuario es otro Must-Have de cualquier acuario, especialmente si cultivamos plantas en él (fenómeno de la fotosíntesis) pero no sólo.
Aquí tenemos varias opciones:
Por supuesto, hay más tipos de iluminación utilizados en la acuariofilia (por ejemplo, los fluorescentes compactos o las bombillas HQI), sin embargo, los mencionados anteriormente son actualmente los más populares.
Al elegir la iluminación adecuada para el acuario, se debe tener en cuenta:
Puedes encontrar más información sobre la iluminación en el artículo Iluminación del acuario, mientras que una comparación de los tipos de fluorescentes disponibles en el mercado junto con los precios aproximados, longitudes y espectros de luz, está en el artículo Mercado de Fluorescentes.
Hay dos tipos de lámparas UV y esta clasificación determina su aplicación: lámparas de baja presión y de media presión. Las primeras emiten radiación UV en el rango UV-C (es decir, radiación considerada germicida), mientras que las segundas emiten radiación en todo el espectro UV (UV-A, UV-B, UV-C).
Desde el punto de vista de la acuariofilia, las mejores son las lámparas del primer tipo, que emiten ondas de 254 nm - esta es la más perjudicial para los patógenos y la menos dañina para los peces, las plantas e incluso para el agua misma (no cambia su composición química ni sus propiedades físico-químicas).
Lo que tal lámpara elimina (y que podría eliminar bacterias, virus, esporas, algas unicelulares, protozoos, huevos de nematodos, levaduras o mohos) depende de la dosis (potencia de radiación entregada por unidad de tiempo por unidad de área, expresada en μJ/cm² o μW/cm²) y del tiempo de exposición. Y en realidad, las lámparas UV no matan a los microorganismos, sino que modifican su ADN dañando su ácido nucleico. Esto provoca que estos organismos tengan un crecimiento inhibido y no puedan reproducirse.
La eficacia de la lámpara UV depende de la potencia del dispositivo, de la limpieza de la lámpara (polvo, etc.) y de la turbidez del agua (cantidad de partículas en suspensión en el agua). Por eso en acuariofilia se utiliza un sistema que combina el filtro y la lámpara UV. Primero, el agua del acuario se limpia con el filtro (eliminando partículas), luego fluye a través de la lámpara UV contenida dentro de una carcasa (se esteriliza) y vuelve al acuario. De esta manera, la lámpara UV no afecta a las bacterias inoculadas en el filtro.
La longitud de onda en las lámparas UV es muy importante, ya que lámparas con una onda por debajo de 250 nm pueden convertir los nitratos en nitritos, lo cual perturba el ciclo del nitrógeno en el acuario.
La potencia del dispositivo y la duración de su funcionamiento dependen del tamaño del tanque, de lo que queremos lograr (se dice que el 90% de la mayoría de bacterias y virus mueren con una dosis de 2000-8000 μW/cm², mientras que los mohos, las esporas, los protozoos necesitan dosis mayores), si estamos tratando algún problema, si usamos la lámpara de forma preventiva y la construcción del propio dispositivo (por ejemplo, el uso de reflectores adicionales).